Por la Mesa Ambiental Uniandina
Pensarte
ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO
Por Laura Ruiz Cadena
Entre el cielo y la tierra hay un lote.
Un lote, con la guerra más grande.
Una guerra que ya no es de colores.
Una guerra que consume y quema.
Una guerra que se lleva mi sangre.
Que lote tan perdido.
Se pudre apunta de los gritos de aquel hombre.
“solo son para reproducir”.
“solo son para cuidar”.
“solo son para amar”.
“Solo son para dar”.
Pero entre el dolor de la guerra.
Entre tanta perdida.
Entre tanta incertidumbre.
Entre tantas cosas sin sentido, hay una conexión.
La conexión entre concebir y el nacimiento.
La conexión entre morir y el renacer.
La conexión entre el ciclo de la vida.
La conexión entre todo lo que toca la tierra.
Hoy voy a gritar.
Yo no solo doy vida, yo soy vida.
Yo no solo cuido, yo me cuido.
Yo amo, pero también temo.
Yo doy, pero yo no tengo más.
Hoy voy a gritar.
Fui el árbol que cortaste.
Y seré el oxigeno que te falta.
Soy la que te da de comer.
Y seré la misma que ya no podrás matar mañana.
Voy a ser la madre de todos.
Y seré la culpable de los pecados.
Hoy voy a gritar.
La respuesta siempre fue conexión.
La solución siempre fue la conexión.
La esperanza siempre fue la conexión.
La vida que vale recuperar siempre fue la mujer.
Diana Montaño
Arte pop/digital con Canva
La imagen y el comentario representan los principios e intenciones del grupo de Ecofeminismo-MAUA. Es una pieza de arte para imprimir sobre camisetas o en posters, con el objetivo de nutrir las manifestaciones feministas de un emblema/logo ecologista e inspiracional que funciona para convocar activismos en la lucha contra la crisis climática y las inequidades de género. La idea es proponer algo distinto y complementario al "ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista".
Mar de plástico
Paula Rojas Guerrero
Mixta: mezcla de resina y acrílico, con vinipel y pitillos reutilizados sobre lienzo.
Atardecer
Por María Gabriela Torres
La luz que en la tarde
entra por mi ventana
llena la atmósfera de mi cuarto
de tranquilidad y alegría
con sus visos amarillos y naranjas
que crean figuras en las paredes
y bailan
a medida que el sol
baja por la montaña.
Lepisma saccharina: duda y compasión
Por María Paula del Portillo
Mi lenguaje es, principalmente, el de mis amados y mi filía. "En mi casa", me contaba Santiago, "los llamamos bichos prehistóricos". Y así se quedaron. A los bichos prehistóricos les gusta el agua y la oscuridad. Se reproducen incesantemente en cada orificio de mi hogar, constituyendo un universo paralelo y ajeno que atraviesa el mío.
Florecer
Fotografía digital por Laura Hernández